martes, 3 de junio de 2008

El perro fantasma

Un día, mientras caminaba hacia mi casa, se me apareció un perro que me miraba con uno ojos muy bonitos, pero yo no presté mucha atención; seguí caminando y oí algo, al voltear vi que el perro iba tras de mí, así que lo espanté y continué mi camino. Volví a escuchar el ruido, volteé nuevamente y ahí estaba el perro, me pareció más chico que la vez anterior, lo volví a espantar, caminé más rápido y cuando iba a llegar a mi casa escuché un ladrido, volteé y el perro me dijo: “Dame algo de comer por favor o moriré de inanición ¡por favor, te lo suplico!” Yo me espanté mucho y dije: “Aquí no tengo nada de comer pero entraré a mi casa y traeré comida.” El perro se quedó ahí mientras yo entré a la casa, tomé una tortilla, salí y se la di, él la comió y después me dijo: “Gracias, en vista de esto te concederé un deseo.” Yo lo pensé y se lo iba a decir cuando me dijo: “Cierra los ojos y dímelo a la oreja, pero no abras los ojos hasta que yo te diga: ya.” Yo le susurré el deseo, cerré los ojos y el dijo “¡ya!” Cuando los abrí él ya no estaba… ¡En su lugar había una bolsa con palomitas!

2 comentarios:

lanunk dijo...

Muy bueno... ¿Crees q botas también ande por ahí cumpliendo deseos?

Mtra. Raquel Aguilar Durán dijo...

comenta: MMAD

Perfecto. fue bueno el intercambio.
el mensaje de reciprocidad fácil de entender.